La violencia contra las mujeres, adolescentes y niñas afecta a millones de mujeres alrededor del mundo, socavando su dignidad, libertad y autonomía. A nivel global, se estima que una de cada tres mujeres ha sufrido violencia física o sexual por parte de una pareja íntima o agresiones sexuales perpetradas por otras personas, según datos de la Organización Mundial de la Salud (2021). A pesar de los esfuerzos para reducirla, este fenómeno sigue siendo una de las violaciones más persistentes de los derechos humanos.
La violencia contra las mujeres y niñas no solo es una violación individual, sino también un problema de salud pública y justicia social, profundamente arraigado en la desigualdad de género y la subordinación estructural de las mujeres en muchas sociedades.
El UNFPA enfoca su trabajo en el fortalecimiento de las políticas de prevención y protección de la violencia contra mujeres, niñas y adolescentes, a partir de la promoción de la igualdad de género y su empoderamiento, para que puedan conocer y ejercer sus derechos humanos.
Una de las formas más complejas de violencia son las uniones tempranas, que afectan principalmente a niñas y adolescentes. En Argentina más del 4% de las niñas y adolescentes están unidas, y estos números casi se duplican en algunas provincias. Las uniones tempranas son una violación de los derechos humanos que afectan la salud física y emocional de las niñas, limitan su acceso a la educación y las oportunidades laborales, y perpetúan ciclos de pobreza y desigualdad.