En América Latina, como en muchos otros continentes, las disparidades y desigualdades entre las zonas urbanas y rurales se reflejan igualmente a nivel de la participación de las y los jóvenes. Así, numerosas estadísticas y análisis de situación a nivel de países revelan que en el marco de la educación, de la salud y posibilidades de participación social, las y los jóvenes que viven en el medio rural tienen mucho menos oportunidades que aquellos que viven en las ciudades. Los datos también señalan enormes disparidades entre los jóvenes tanto varones como mujeres en todos los medios, pero con una fuerte agravante en el medio rural tanto campesino como indígena.
Esta metodología de evaluación promueve la investigación « de abajo hasta arriba » para que refleje las preocupaciones reales de las y los jóvenes de zonas vulnerables (semiurbanas, campesinas, indígenas) y de los adultos que interactúan con ellos. La metodologías participativas tienen la ventaja que permiten a las comunidades expresar y compartir sus visiones y sus necesidades, a la vez que proponen soluciones.
La presente metodología consiste en una serie de ejercicios de evaluación y análisis de necesidades en localidades seleccionadas, teniendo como blanco la población de mujeres y varones jóvenes, y las personas con autoridad e influencia sobre ellos, en este caso los padres, parejas, líderes de la comunidad y religiosos, delegados de educación y salud, etc.