Cada año en este día rendimos tributo a las obstétricas por su compromiso inquebrantable de salvar vidas y velar por la salud y el bienestar de las mujeres y los recién nacidos.
En el mundo, cada dos minutos muere una mujer a causa de un parto o embarazo; por ello, también aprovechamos este día para promover el acceso universal a obstétricas cualificadas, pues constituye una de las principales formas de prevenir que ocurran muertes evitables de madres y recién nacidos.
Si todas las mujeres embarazadas tuvieran acceso a obstétricas diligentes y capacitadas que las atendiesen, estaríamos mucho más cerca de vivir en un mundo donde todos los partos ocurriesen sin riesgos.
En lugar de ello, muchos sistemas de salud aún marginan a esta fuerza de trabajo mayoritariamente femenina; tratan de forma injusta a las obstétricas en lo que respecta a salarios, condiciones laborales y oportunidades de desarrollo de sus habilidades. Ello, sumado a un déficit mundial de 900.000 obstétricas, es reflejo de un supuesto existente de que no son trabajadoras sanitarias esenciales. Nada podría estar más alejado de la realidad.
Las obstétricas salvan vidas.
En todo el mundo, sobreviven y prosperan más madres y bebés en los países que invierten en una fuerza de trabajo de obstétricas capaces. Las obstétricas ofrecen información esencial sobre salud sexual y reproductiva —entre esta, sobre planificación familiar— y ayudan a las personas a sobrellevar cuestiones que a menudo son delicadas en una gran variedad de contextos, incluso en los entornos humanitarios. Con frecuencia, las obstétricas son las únicas trabajadoras sanitarias que atienden a personas en lugares de difícil acceso.
Las consecuencias de no contar con suficientes obstétricas calificadas son alarmantes. El progreso logrado durante decenios para evitar muertes maternas se ha detenido. Cada año, 287.000 mujeres pierden la vida dando a luz en todo el mundo, 2,4 millones de recién nacidos mueren y 2,2 millones más nacen muertos.
No tiene por qué ser así. A fin de poner fin a las muertes maternas evitables, el acceso universal a parteras es la mejor solución, y la más rentable. Al subsanar el déficit en la cantidad de obstétricas, podríamos evitar dos terceras partes de las muertes de madres y recién nacidos, con lo que salvaríamos así 4,3 millones de vidas al año para 2035.
En unos 125 países, el UNFPA aboga con vehemencia por una atención obstétrica de calidad. Las pruebas demuestran que las obstétricas competentes pueden proporcionar el 90% de los servicios de atención esenciales en salud sexual y reproductiva; sin embargo, dada su escasez y el hecho de que no se aprovechan al máximo sus capacidades, solo cubren el 10% de dichos servicios entre quienes los prestan. Los modelos de atención dirigida por obstétricas traen consigo mejoras en los resultados de salud, un aumento en la satisfacción de sus pacientes y una reducción de los costos. Si bien las obstétricas se ven relegadas con frecuencia a la periferia de la atención de la salud, todas las pruebas indican que deberían estar en el centro de esta.
Teniendo en cuenta que las tasas de mortalidad están estancadas y que el plazo límite para la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de 2030 está cada vez más cerca, promover la obstetricia e invertir en esta es más importante que nunca. El UNFPA ha encabezado el impulso mundial en estos esfuerzos, como parte de ello ha publicado los informes de la serie pionera bajo el título El Estado Mundial de la Partería. Entre 2009 y 2022, el UNFPA ayudó a los países a educar y capacitar a 350.000 obstétricas, para lo cual se ciñó a las normas internacionales cuyo objetivo es mejorar la calidad de la atención que estas prestan.
Hoy día, más países están logrando progresos para alcanzar la cobertura sanitaria universal, de acuerdo con lo establecido en los ODS. Ello ofrece la oportunidad de dar un paso hacia adelante que debería haberse dado hace mucho tiempo: aceptar formalmente que las obstétricas son trabajadoras sanitarias esenciales que merecen reconocimiento y tratarlas como tal.
Todas las mujeres tienen derecho al acceso a servicios vitales de atención de la salud. Las obstétricas son fundamentales para lograr que lo tengan. Hoy, en el Día Internacional de las Obstétricas, reconozcamos plenamente sus aptitudes y contribuciones, e invirtamos en ellas a fin de salvaguardar la vida y proteger la salud y el bienestar de las mujeres y los recién nacidos, así como de las comunidades en general.
Dra. Natalia Kanem
Directora Ejecutiva
Fondo de Población de las Naciones Unidas