Este documento ofrece orientaciones para la inclusión activa de los varones cis –es decir, varones cuyo género autopercibido se corresponde con el asignado al nacer– en las políticas de salud sexual y reproductiva, desde una perspectiva de género y derechos humanos.
Partimos de considerar que el reconocimiento de su ciudadanía sexual resulta fundamental para la construcción de una sociedad con justicia y equidad de género, en la que se respetan, acompañan y apoyan los proyectos de vida de cada persona. En el campo de la anticoncepción, cuando un varón decide utilizar un preservativo o practicarse una vasectomía pone en juego su autonomía de decisión. Al mismo tiempo, asume una responsabilidad, reproductiva y sexual, en lugar de delegarla a las mujeres con quienes se vincula.
En este sentido, la opción por las vasectomías como método anticonceptivo puede tomarse como la puesta en práctica de la corresponsabilidad en los cuidados. De este modo, el varón cuida de sí y cuida a quienes se relacionan con él.
En esta definición los varones cisgénero no se nombran explícitamente y esto puede deberse a su posición, en general privilegiada, en el sistema de sexo género. Si pensamos en términos históricos, los varones blancos, heterosexuales y propietarios fueron los primeros que se reconocieron como ciudadanos (Bossio y Crosetto, 2020).
Sin embargo, otros varones han quedado fuera de esta definición de ciudadanía. Aún hoy, muchos de quienes detentan posiciones privilegiadas en la esfera pública, en la intimidad enfrentan dudas, temores y obstáculos en el acceso a la salud sexual y reproductiva, con efectos negativos en sus vidas y en las experiencias de quienes los rodean. Este documento está orientado hacia equipos de salud que ofrecen vasectomías, con o sin bisturí (VSB) y a aquellos que se desempeñan en consejerías de salud sexual y reproductiva. Asimismo, es un material que invita a la reflexión a todos los trabajadores de la salud sin importar la especialidad o área de atención específica, en tanto el bienestar sexual debe considerarse parte de la salud integral.
Dado que los derechos sexuales y reproductivos de la población han sido reconocidos en leyes y programas nacionales, y que la Provincia de Buenos Aires cuenta con legislación, programas y direcciones propias en esta área, es tarea de los equipos de salud bonaerenses garantizar el acceso a ellos. En este caso puntual, se trata de apoyar a una población que ha sido poco