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La ESI y los equipos de supervisión

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La ESI y los equipos de supervisión

Editor

Número de páginas

32

Author

Ministerio de Educación/ Spotlight

Publicación

La ESI y los equipos de supervisión

Fecha de publicación

17 Julio 2021

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Los equipos de supervisión son imprescindibles para el desarrollo e institucionalización de la Educación Sexual Integral en los diferentes niveles de enseñanza. La ESI aborda nuevos problemas pedagógicos y su implementación constituye un derecho que habilita otros derechos. Además, facilita la construcción de entornos institucionales de cuidado que favorecen relaciones grupales e interpersonales en igualdad de condiciones de género, clase, etnia y edad. Abordar la ESI desde este posicionamiento implica superar una perspectiva técnico informativa, en la que los contenidos vinculados con la sexualidad son solo objetos externos de conocimiento, y avanzar hacia una concepción de la ESI como experiencia/ acontecimiento. Esto significa que la ESI nos implica, nos transforma; es “lo que nos pasa”, “lo que nos atraviesa subjetivamente”. Entonces, para las y los supervisoras/es, la ESI es lo que sucede en las escuelas y que se expresa en el currículo, en los contenidos, en las prácticas docentes, en la organización escolar, en las relaciones interpersonales e intersectoriales, entre otras dimensiones. En ese sentido, algunos interrogantes que aparecen y pueden ayudar a reflexionar en primera persona son: ¿qué aspectos de mi vida se ven interpelados por la ESI?, ¿cómo construyo las relaciones con los equipos directivos y docentes? Con relación al ejercicio de los/as supervisores/as aparecen preguntas que aportan insumos para la reflexión, por ejemplo: ¿en qué aspectos es similar y en qué difiere la orientación que damos a una directora o a un director?, ¿es igual cuando se trata de docentes nóveles o docentes con mayor antigüedad en el cargo?, ¿sentimos temor o vergüenza para asumir la orientación profesional sobre ESI con los equipos directivos?, ¿qué lugar tiene en nuestra tarea de supervisión la organización cotidiana de la escuela como por ejemplo las prácticas y rituales de la escuela?, ¿el desarrollo curricular de la ESI es un motivo de supervisión a una escuela?, ¿qué contenidos de ESI ponemos en juego con nuestras actitudes?, ¿qué enfoque predomina en nuestras orientaciones al equipo directivo y docente sobre determinados episodios que irrumpen en las escuelas, como situaciones de violencia por motivos de género, embarazos adolescentes, acompañamientos para el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos? En definitiva, ¿qué sentido le otorgamos a la sexualidad en nuestra propia experiencia de vida y profesional?, ¿cuánto de ese sentido podemos hacerlo explícito, reflexionar sobre él y modificar para mejorar nuestras intervenciones de supervisión? El concepto de experiencia/acontecimiento ayuda a pensar las historias y trayectorias institucionales como productoras de sentidos singulares y colectivos a la vez. De este modo, se abre la posibilidad para mejorar la vida de las personas y las instituciones y a la vez se invoca su contenido emancipador. Entonces, las preguntas sobre el sentido de la ESI en particular y de la educación en general se inscriben en una práctica emancipadora de las costumbres, de los legados y obligaciones heredadas/os históricamente en el ámbito de la educación que pueda incorporar una perspectiva de género y derechos que contribuya a un “hacer escuela” más igualitaria y diversa.