La vida cotidiana nos brinda oportunidades para hablar de sexualidad con nuestros hijos, aunque a veces la conversación puede surgir en el lugar menos esperado.
- No esperes que la charla surja en un ambiente tranquilo y sin interrupciones. Tu hijo te puede plantear el tema en el lugar y momento menos esperado: haciendo la cola en el supermercado, almorzando afuera, mientras manejás...
- Si te agarra desprevenido o en un lugar incómodo para hablar del tema, una frase para dilatar la respuesta puede ser: “Qué buena pregunta, ¿vos qué pensás/creés? Esta clase de repregunta da pie para saber de dónde salió la duda y preparar tu respuesta. Si se trata de un chico más grande podés decirle que es importante lo que está preguntando y está bueno hablarlo más tranquilos. Para retomar intentá con: ”¿Te acordás de que me preguntaste…?”, “Me quedé pensando en lo que me preguntaste…”.
- Si querés abordar el tema vos, no necesitás esperar a que tu hijo te haga una pregunta. La vida cotidiana nos brinda muchas oportunidades para hablar de la sexualidad con los adolescentes, que pueden ayudar a que la conversación sea más fácil y natural. Basta con estar atentos y proponer la charla en la ocasión adecuada, sin forzar la situación.
- Oportunidades sobran: en la mesa cuando estamos comiendo, en el auto, viendo las noticias. Por ejemplo, al ver una ficción televisiva que muestra a un adolescente atravesando la pubertad o saliendo a una cita, podemos usar estas situaciones para iniciar conversaciones para conocer qué saben chicas y chicos sobre el inicio sexual, qué escucharon, qué opinan sus amigos. O también para indagar sobre temas como igualdad de género y noviazgos sin violencia.
- Además de la televisión, hay otros estímulos audiovisuales a los que están atentos los adolescentes que pueden ser una buena ayuda para iniciar la conversación. La publicidad callejera o en revistas -por ejemplo sobre toallitas femeninas, preservativos o métodos anticonceptivos- también puede ser una buena aliada a la hora de hablar sobre cambios corporales, conocimiento del propio cuerpo o formas de prevenir los embarazos no planificados.
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Estábamos en la costa caminando por la playa y mi hijo de 13 años de repente encuentra un preservativo usado y me pregunta:
¿Qué es esto? Y yo le contesté: ¡Tirá eso que está usado!.
Más allá de la situación representó una buena oportunidad para hablar del tema".Daniel, participante del "Ciclo de encuentros de madres, padres y familias" realizados en Casa FUSA.