Buenos Aires, Argentina.- La oficina del Fondo de Población de las Naciones Unidas para
América Latina y el Caribe organizó en Buenos Aires, Argentina, un conversatorio sobre los
cambios producidos en estos últimos 25 años después de El Cairo en la partería profesional y
cuáles son los desafíos pendientes en la materia. Este año el UNFPA organiza la “Cumbre de
Nairobi” que busca celebrar los logros y renovar los compromisos para “cumplir con la
promesa” realizada en 1994.
“Las parteras profesionales son centrales para garantizar el acceso y la cobertura universal de
calidad de la salud. ¿Por qué son tan importantes? porque las parteras salvan vidas”, aseguró
Alma Virginia Camacho Hübner, Asesora en Salud Sexual y Reproductiva para América Latina
y el Caribe del UNFPA, en su rol de moderadora del conversatorio.
Algunos de los desafíos pendientes según la asesora regional del UNFPA son: la
sobremedicalización; las regulaciones insuficientes en relación a la partería que existen en
varios países; la persistencia de una mala calidad de atención que incluye maltratos y abusos
en los servicios de salud sexual y reproductiva; inequidades en salud reproductiva materna y
en salud neonatal; y lograr reducir la tasa de embarazo en la adolescencia, la segunda más alta
del mundo.
Para Ana Román, Presidenta del Colegio de Matronas de Chile, El Cairo tuvo un impacto
enorme en la planificación del milenio: “Sin embargo creo que todavía falta visibilizar todo el
trabajo que se hace en partería y en salud sexual reproductiva en general. Es fundamental
también que las matronas y los matrones del mundo sean expertos y expertas en los avances
tecnológicos para poder garantizar derechos con la mejor calidad y seguridad a nuestras
mujeres”.
Debrah Lewis, partera y consultora de UNFPA en Trinidad y Tobago, puso el foco en un
generalizado aumento de educación, sensibilización y concientización en adolescentes en la
región: “ Aumentaron las opciones de cuidado y a la vez el nivel de consciencia. Y también creo
que aumentó la concientización sobre las diferentes y variadas formas de violencias que
existen. Por otro lado, El Cairo logró un documento sólido que apoya el trabajo que estamos
haciendo, le dio importancia a las tareas de nuestra área. Pero todavía falta un reconocimiento
pleno del rol vital de las parteras”.
Sandra Oyarzo, Presidenta de la Confederación Internacional de Matronas (ICM) región
Latinoamérica y Caribe (LAC), cree que en estos 25 años post Cairo se generó un gran
fortalecimiento de los programas de formación y de educación de las parteras profesionales.
“Esto ha permitido avanzar en la alianza que se produce entre las mujeres y las parteras
profesionales, no solamente en la atención sino también en la lucha conjunta por el
reconocimiento de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres. Este punto ha
generado una inflexión que viene mandando la agenda regional y global”.
“En Argentina, las licenciadas en Obstetricia cada vez nos formamos más, y sin embargo las
mujeres tienen restringido su acceso a nuestras competencias de cuidado. En ese marco
luchamos por una ley nacional. Necesitamos la regulación que nos permita ser libres en
nuestro ejercicio cotidiano para poder garantizarles a las mujeres sus derechos sexuales y
reproductivos. Que nos incluyan verdaderamente en los programas de políticas. Nos falta que
realmente la agenda política nos ponga en el lugar que nos tiene que poner”, aseguró Silvina
Sonaglioni, YML Líder Joven. La exposición de Sonaglioni se enmarca en el resultado
parcialmente positivo que dio la media sanción de la Cámara de Diputados de la Nación
Argentina al proyecto de ley “Ejercicio Profesional de las y los Licenciados en Obstetricia”, que
se espera debatir en el Senado en las próximas semanas para establecer un marco general del
ejercicio de la licenciatura en obstetricia desde un enfoque de derechos humanos y
perspectiva de género y en línea con los principios de acceso y cobertura universal.
Para cerrar el conversatorio Alma Virginia Camacho destacó cómo han contribuido las
matronas/obstetras de la región en revertir resultados de salud sexual y reproductiva
adversos, especialmente en los índices de mortalidad materna. Además, destacó el rol de las
matronas para asegurar que las mujeres puedan ejercer sus derechos a la salud sexual y
reproductiva a partir del alcance de sus prácticas profesionales y la existencia de regulación.
“Es una estrategia efectiva tener políticas públicas y mantener un diálogo de políticas con los
que hacen las políticas”.
RECUADRO
La importancia de El Cairo
En setiembre de 1994 se realizó en El Cairo, Egipto, la IV Conferencia Internacional sobre
Población y Desarrollo (CIPD); hito en la historia porque por primera vez los temas de
población dejaron de centrarse sólo en datos y en números, el desarrollo se transformó en un
derecho de todos los seres humanos, y los derechos sexuales y reproductivos fueron
reconocidos en la arena grande de los derechos humanos. Como resultado, representantes de
179 naciones consensuaron un Programa de Acción que detalló compromisos a cumplir en un
plazo de 20 años.
Este documento puso especial atención en las mujeres y en las niñas, y en la satisfacción de
sus necesidades de salud, educación y de mayor participación política y económica como ejes
claves para el desarrollo mundial. Además, la salud sexual y reproductiva fue definida como el
bienestar físico, mental y social al que deben acceder todas las personas, especialmente las
mujeres y jóvenes. El Programa hizo hincapié también en la necesidad de disminuir la
mortalidad materna e infantil y facilitar el acceso a la salud sexual y reproductiva, incluida la
planificación familiar y la información adecuada.