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CAMPAÑA HABLAR ES PREVENIR
 
 

A veces como padres, en el intento de acercarnos a nuestros hijos y estar disponibles para el diálogo, pensamos que tenemos que ser sus mejores amigos.

Pero los especialistas afirman que esto no solo no es necesario sino que termina siendo contraproducente para el crecimiento de nuestros hijos, que necesitan de sus padres una buena dosis de autoridad y confianza al mismo tiempo

Los padres deben tener la capacidad de guiarlos y orientarlos; es por eso que los especialistas consideran que es muy importante no igualar roles. Debemos trabajar para que la relación con nuestros hijos sea cercana, flexible y sincera, pero con ciertos límites.

Los adolescentes sienten admiración por los adultos que son coherentes entre lo que dicen y lo que hacen, pero ello no es suficiente. Se necesita, también, adaptarse al mundo de los adolescentes (lo cual no significa adoptar sus formas y modos) y respetarlos.

Sin embargo, en esta tarea de comprenderlos y mostrarnos más flexibles, a veces olvidamos nuestro rol de guías y buscamos agradar a nuestros hijos poniéndonos en el papel de amigos. El resultado son jóvenes y adolescentes desorientados, porque si empezamos a vestirnos como ellos, copiar su lenguaje, visitar los mismos lugares, nos corremos del lugar que realmente nos toca como orientadores en el camino que tienen por recorrer.

Cómo ser un padre "preguntable"

Podemos conversar con nuestros hijos, intercambiar opiniones, darles información sin imponer nuestro punto de vista. Escuchar a nuestros hijos les demuestra que nos interesamos por ellos y los respetamos. No es necesario estar siempre de acuerdo con lo que dicen y mostranos compinches o amigos para generar confianza y empatía.

Sin embargo, sí es importante que nuestros hijos sientan que pueden preguntarnos todas las dudas que tengan. Por eso, mostranos accesibles es fundamental para que podamos tener con ellos un diálogo abierto y sincero sobre la sexualidad

Lo importante es que los padres aprendan a hablar con sus hijos y lo transformen en un hábito natural. No es cuestión de darles información o pensar que con una charla ya quedó cubierto el rol de padre: "le dije mirá que eso no, o eso sí...ojo que ...". Los chicos escuchan, pero por su condición propia de adolescentes, una charla o una frase no les alcanza. Muchos de estos comentarios que los padres hacemos al pasar o con frases vacías de contenido nos dejan tranquilos como adultos, pero lo que estamos comunicando no alcanza para los adolescentes.

Siempre recordá que hablar con tus hijos puede ayudarlos a crear un espacio de confianza y respeto mutuo que facilitará el diálogo.